En el corazón de la provincia de Santa Fe, en la localidad de Bustinza, se encuentra el tambo La Canducha, una empresa familiar que ha perdurado a lo largo de las décadas. Tito Travaglino, el patriarca de la familia, contó la historia detrás del nombre del tambo y las decisiones que lo llevaron a dedicarse por completo a la lechería, en el marco de una visita organizada conjuntamente por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) y el Círculo Argentino de Periodistas Agropecuarios (CAPA).
El tambo, que abarca 151 hectáreas, se dedica exclusivamente a la producción lechera con un plantel de 250 vacas en ordeñe. Tito rememora las decisiones claves que tomaron como familia para apostar por el tambo y el impacto positivo que esto tuvo. Sin embargo, el verdadero punto de inflexión para el tambo llegó con la experiencia de su hija, María José, quien viajó a Nueva Zelanda para perfeccionarse en técnicas avanzadas de lechería.
María José trabajó y estudió en Nueva Zelanda, un país conocido por su avanzada tecnología en lechería, donde se empapó de conocimientos y experiencias que luego aplicaría en el tambo familiar. “Nos mostró mucho sobre la profesionalización de la lechería. En Nueva Zelanda, las vacas son ordeñadas en potreros muy bien organizados y con una eficiencia increíble,” comentó Tito sobre las enseñanzas que María José trajo consigo.
Decidida a aplicar estos conocimientos, María José regresó a Argentina con la misión de transformar La Canducha en un tambo más eficiente y moderno. Esta decisión no solo revitalizó el tambo, sino que también sentó las bases para una colaboración innovadora con la startup Kresko RNATech, dirigida por Carla Borini, una biotecnóloga apasionada por la ciencia y la innovación.
Kresko RNATech se especializa en el desarrollo de nutrientes dietarios a partir de ARNs extraídos de alimentos frescos, en particular de la leche bovina. Así lo explicó la propia Borini, que participó de la jornada, enmarcada dentro de BCR en Territorio: “Lo que descubrimos es una nueva categoría de nutrientes, que son los ARNs dietarios. Estas moléculas tienen la capacidad de reducir los niveles de cortisol y aumentar la producción de serotonina, lo que puede mejorar el ciclo de sueño y el bienestar general”.
La colaboración entre La Canducha y Kresko RNATech ha sido fructífera. El tambo proporciona la leche fresca necesaria para la extracción de estas valiosas moléculas, permitiendo a la startup avanzar en sus investigaciones y desarrollo de productos. Borini comentó sobre el proceso: “Probamos que encontrábamos estas moléculas en la leche recién ordeñada, y no están en la leche del mercado que consumimos. Desarrollamos un proceso para estabilizar y extraer estas moléculas, concentrarlas y generar un polvo que encapsulamos para nuestro primer producto mínimo viable”.
Este proyecto no solo representa una innovación en el ámbito de los suplementos nutricionales, sino que también destaca la importancia de la colaboración entre el sector agrícola y las startups tecnológicas. La visión de María José y su familia, junto con la expertise de Carla y su equipo, han permitido que La Canducha no solo sea un tambo eficiente y productivo, sino también un pionero en la integración de biotecnología en la industria láctea.