“Mis hijos ven a otra mamá: colaboro con la economía de la familia y hago cosas que nunca creí que llegaría a realizar”, cuenta Elvira. “Hoy puedo ser otro tipo de ejemplo para mis hijas, enseñarles el valor del trabajo y cómo aprovechar las oportunidades de la vida”, confiesa Agustina. “Me animé a crear mi propio emprendimiento de venta de comidas”, detalla Ayelen. Las historias de superación se repiten entre las mujeres que participan de los programas que desarrolla Matricia, una asociación civil que funciona en el barrio San Fernando, de la localidad de Granadero Baigorria.
Matricia es una de las 360 organizaciones que pasaron por el Programa de Aceleración de Organizaciones Sociales desarrollado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que ya acumula seis ediciones desde su lanzamiento, en 2018. Tiene por objetivo brindar herramientas para planificar y desarrollar proyectos, a través de encuentros en formato de talleres donde profundizan conceptos vinculados a lo legal, el armado de presupuestos y la comunicación, entre otros.
“Somos una organización sin fines de lucro que tiene por objetivo el desarrollo y la construcción comunitaria en zonas vulnerables. Nos enfocamos en innovación social, a través de emprendimientos sociales que se articulan con el sector público, privado, tercer sector y la comunidad”, explica Melina Baracco, quien fundó Matricia en 2018.
Si bien la entidad articula acciones en distintos barrios de Granadero Baigorria, la vecinal San Fernando es sede de dos de sus programas insignias: Sanar, un emprendimiento de abastecimiento de insumos médicos, principalmente gasas fraccionadas; y Nutrired, que tiene por objetivo abordar la desnutrición o mal nutrición infantil a través del empoderamiento materno. “Todas nuestras iniciativas están orientadas a generar vínculos sociales, fortalecer las habilidades de vinculación, la resolución de conflictos y el trabajo en equipo”, apunta Melina.
En el proyecto Sanar trabajan 31 mujeres, entre las áreas de producción, coordinación, logística y administración. “Es una bendición tener este espacio en el barrio, cerca de nuestros hogares. La mayoría de las participantes éramos amas de casa y dependíamos de los ingresos de nuestros esposos”, asegura Elvira, coordinadora del emprendimiento que tiene entre sus clientes a los principales hospitales privados y públicos de Rosario.
Mientras que Nutrired es un programa donde, a través de talleres de cocina destinados a mujeres y madres, se busca mejorar la dieta familiar en los hogares. La iniciativa es liderada por un equipo interdisciplinario, integrado por nutricionistas y psicólogas, para contribuir al empoderamiento y desarrollo de las participantes.
En primera persona
Un testimonio que da cuenta de los progresos individuales y grupales de las participantes es el de Agustina. Madre soltera de dos hijas de nueve y seis años, antes de sumarse al programa trabaja en casas de familia, los fines de semana, y de lunes a viernes como recicladora urbana. “Salía con mi carrito a mano y recolectaba cartón, chatarra, plástico.
También encontraba la comida del día”, expresa la mujer de 27 años que lleva más de un año en el proyecto Sanar. “Entrar acá fue todo un desafío. Tuve un proceso de aprendizaje con muchas frustraciones, porque mi cabeza estaba programada con que yo no servía. Pero lo lindo de este lugar fue que, con el apoyo de las compañeras, logré atravesar los obstáculos. Hoy puedo trabajar y disfrutar del tiempo con mis hijas”, agrega.
¿Qué datos reflejan el impacto de las iniciativas de Matricia? “Detectamos que el 30% de las mujeres que pasaron por programas de fortalecmiento lograron mejorar su ingreso económico. El 95% de las mujeres manifestó mejoras en autoestima y confianza para salir adelantes y más del 80% de niños cambiaron sus hábitos de alimentación”, aporta Baracco.