Al igual que el resto de los cultivos en Argentina, el girasol enfrenta desafíos y aprovecha oportunidades en un mercado en constante evolución. Según el especial de la Bolsa de Comercio de Rosario, el girasol argentino no solo resiste las adversidades sino que también se posiciona estratégicamente en el mercado global.
El consumo global de aceites vegetales, incluido el aceite de girasol, ha superado la producción, provocando una dinámica de mercado que afecta directamente los precios. Argentina, como un jugador importante en este escenario, ha visto fluctuaciones en las cotizaciones del girasol, influenciadas por factores externos como la situación en Rusia. A pesar de una caída en las cotizaciones, se anticipa un incremento en los mercados de aceites vegetales, con el girasol mostrando un perfil alcista en la campaña 2023/24.
En el plano nacional, la producción de girasol ha mostrado una fortaleza destacable. La campaña 2023/24, aunque predice una disminución en la producción, se ve compensada por los stocks acumulados tras una cosecha récord en la campaña anterior. Sin embargo, la cadena productiva del girasol enfrenta retos significativos. Uno de los más preocupantes es el potencial aumento de los derechos de exportación, que amenaza la competitividad del sector. Más del 82% de la oferta de girasol se destina a fábricas aceiteras, lo que resalta la importancia de este sector en la cadena productiva.
La disminución del área sembrada para la próxima campaña responde a factores como menores márgenes y condiciones de humedad desfavorables, afectando especialmente al norte del país. A pesar de estos desafíos, el girasol ha demostrado una resistencia extraordinaria, especialmente al enfrentar la peor sequía en 60 años. El cultivo ha logrado cifras récord en producción, molienda y comercialización, tanto a nivel local como internacional, destacándose en un año agrícola particularmente difícil.
La situación del girasol en Argentina es un reflejo de su capacidad para adaptarse y prosperar en medio de desafíos económicos y climáticos. La combinación de factores externos e internos moldea su presente y futuro, resaltándolo como un cultivo clave en el agro argentino y en el mercado global. Las perspectivas futuras del girasol dependen de la capacidad del sector para navegar en este entorno complejo, equilibrando los desafíos internos con las oportunidades en el mercado global.
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