En un contexto de ajustes macroeconómicos y fluctuaciones de mercado, Rosgan transita abril con siete remates programados. El remate inicial del mes, realizado el pasado miércoles 10, dejó ver no sólo la oferta de 12.000 cabezas, sino también cómo los cambios económicos están repercutiendo en la cadena de ganados y carnes.
Este mes, se espera superar las 50.000 cabezas comercializadas, en el pico de la zafra del ternero de invernada. Este primer remate ha sido un reflejo del impacto de los vaivenes económicos en el sector: mientras que se mantiene la demanda de invernada, se observa una moderación general. Sectores como el de la industria frigorífica, que anteriormente pujaban fuertemente por los animales más pesados para hotelería, han reducido sus expectativas, adecuándose a un escenario de precios más bajos.
Este ajuste en las expectativas se ha visto tanto en los machos como en las vacas de invernada, antes muy demandadas para exportación a China y que ahora se encuentran reacomodando sus valores a la baja. Según datos de Rosgan, mientras que la ternerada registró un incremento en sus precios del 2% al 4% con respecto al remate anterior, los novillos y novillitos mostraron una caída del 8%, y la vaca de invernada disminuyó su valor en un 3%.
La situación económica general también ha tocado a este sector, como lo demuestra la dificultad del mercado de Cañuelas para recuperar sus precios ante una caída significativa de los ingresos de la población, lo que afecta directamente al consumo de carne. Los precios, aunque ligeramente mejor tonificados, siguen perdiendo terreno frente a la inflación, y hoy en día la carne opera más como un ancla a los índices de precios de los alimentos que como un mercado en expansión.
El comportamiento de los feedloteros también ha cambiado: frente a una abundante oferta estacional y un amesetamiento en los precios del ganado gordo, han adoptado una postura más cautelosa. Mejoró la correlación de la invernada frente al precio del gordo, pero la compra se realiza con prudencia.
Un actor relevante en los últimos tiempos ha sido el invernador tradicional, quien anteriormente pagaba un extra por los valores de invernada como forma de proteger su capital en el campo. Actualmente, esta reposición se está haciendo de manera más mesurada, reflejo de un entorno donde la percepción de un mercado siempre ascendente se ha tranquilizado.
En este contexto, los próximos remates de Rosgan de abril serán cruciales para entender cómo se seguirá adaptando el mercado a estos nuevos desafíos económicos. Con un panorama que requiere adaptabilidad y prudencia, el sector enfrenta un periodo de significativa transformación.