Las nuevas tecnologías y las formas tradicionales de concretar negocios se sintetizan en un remate de cabaña de hacienda. Todas las semanas, en distintos puntos del país, se congregan compradores y vendedores para observar los animales disponibles y pujar por sus precios. Si bien hoy existen modalidades híbridas para participar, como los remates televisados y por streaming que realiza Rosgan -el mercado ganadero de la Bolsa de Comercio de Rosario-, los encuentros presenciales mantienen su convocatoria. ¿Qué sucede en estos eventos y qué los hace atractivos?
“Venir a un remate es una sensación muy linda. Soy productor de la zona del Norte de Santa Fe y hace 30 años que asisto, más que nada a los de raza carne”, expresó Clemar Buzzi durante el remate de la cooperativa Guillermo Lehmann y la Asociación de Cabañas Santafecinas, realizado en La Emilia, el 30 de junio. “Acá podes ver los animales de otra manera, la gente está muy bien predispuesta en todo. Cuando uno está en la producción de carne te vas cruzando con los mismos ganaderos, este es un lugar de encuentro”, agregó el productor. Y aseguró: “Creo que van a estar siempre presentes. Hoy podemos ver la cantidad de gente que hay”.
“Nosotros trabajamos Angus Colorado y con los años, comprando buenos toros como los que hay en los remates, fuimos purificando nuestra raza”, contó Beatriz Manzo. “Es hermoso, acá todos traen lo mejor que tienen. Eso hace que mejore la genética, mejore la producción y se generen beneficios para el país”, detalló.
Según Raul Milano, director ejecutivo de Rosgan, la venta de hacienda es un hecho social. “Esta comercialización implica encuentros; las charlas que comparten los actores de la cadena que están presentes en los remates son muy importante”. Y en relación al rol del mercado ganadero de la BCR en los remates de feria, explicó: “En esos eventos, aportamos la tecnología necesaria para transmitirlos por televisión o streaming y darles mayor visibilidad . Aunque como siempre, Rosgan mantiene su agenda anual de remates presenciales televisados desde la Bolsa”.
¿Cómo es la dinámica de un remate de cabaña presencial? En general, puede resumirse así: durante las primeras horas de la mañana, entre mates y música folclórica de fondo, los asistentes pueden recorrer los corrales y observar en detalle a los animales. Mientras tanto, los asadores preparan el fuego en las parrillas para cocinar el asado que será servido al mediodía. Luego del almuerzo, los compradores toman su lugar en las gradas que dan a la pista central, donde desfila la hacienda producida por las distintas cabañas o productores participantes.
El director de orquesta de la sinfonía de ofertas que bajan de las tribunas es el martillero. Este ocupa un rol clave para la dinámica del evento. No solo se encarga de dar los valores iniciales y detalles de cada lote: con sus tonos e intervenciones enérgicas logra mantener el interés del público y muchas veces es responsable de subir los precios de las ofertas.
Gajes de un oficio que no se aprende en los manuales
Alberto Marcelo Bicher es martillero público desde hace más de 20 años. Desde 2017 trabaja como adscripto en la cooperativa Guillermo Lehmann y ejerce el martillo de hacienda. “Este es un oficio que tenemos dentro de toda nuestra gama de trabajo. Como definición, los martilleros somos auxiliares de la Justicia, antes que nada. Luego podemos ejercer trabajos particulares y oficiar de rematadores de distintas cosas lícitas”, explica Bicher.
“Tengo toda mi familia de tradición de campo. Participo de remates desde que nací”, cuanta Alberto, quien se inició en el rubro de grande y, poco a poco, logró ascender hasta llegar a una cabina de martillo. “Siempre fue mi anhelo, lo hago con muchísima pasión. Me genera mucho orgullo y lo tomo con mucha responsabilidad”, confiesa.
A la hora de resaltar las condiciones que tiene que tener un rematador, Alberto no duda. “Como toda profesión, podemos obtener el título pero no la experiencia. Eso se adquiere en base a lo que uno lucha y se prepara para especializarse en algún rubro. Esta es una profesión que tiene muchísima adrenalina. Hay que estar siempre supeditados a la sorpresa y tenemos en nuestras manos el vaivén del mercado. Los remates, como dicen los libros, marcan los vaivenes de la economía de un país”, puntualiza.
