Según un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, la cosecha de trigo en la región núcleo alcanza el 50% de avance, con rindes promedio que suben de 35,4 a 37 quintales por hectárea (qq/ha). Este incremento refleja el impacto positivo de las lluvias de mediados de octubre, que favorecieron el llenado de granos en una campaña marcada por desafíos climáticos.
Con más de 650.000 hectáreas ya cosechadas, el rendimiento promedio se acerca al histórico de la última década en la región núcleo, de 37,5 qq/ha, dejando atrás los registros bajos de la campaña pasada, afectada por la sequía. En el noreste bonaerense, los rindes superan los 40 qq/ha, mientras que en el noroeste se esperan valores cercanos a los 33 qq/ha. Este contraste refleja la heterogeneidad de los resultados, dependiendo de las condiciones locales.
Noviembre cerró con lluvias significativas en algunos sectores, donde los acumulados duplicaron los promedios históricos. Por ejemplo, Carlos Pellegrini y Hernando registraron 153 mm y 148 mm, respectivamente, mientras que Rosario quedó rezagado con apenas 47 mm. Según el informe, esta disparidad influye en las reservas de agua en los suelos: mientras el 90% de la región presenta condiciones regulares o adecuadas, persisten áreas con niveles escasos en el sudoeste y alrededores de Rosario. Estas lluvias trajeron alivio para los cultivos en zonas que hasta ahora habían quedado al margen de precipitaciones relevantes, pero no todas las áreas compartieron la misma suerte.
El clima extremo también dejó su huella en la región. Granizo y fuertes ráfagas afectaron cultivos e infraestructura rural en localidades como Justiniano Posse y Ordóñez, replicando eventos recientes en Carlos Pellegrini y La Playosa. Estos fenómenos no solo dañaron cultivos implantados, sino que generaron pérdidas materiales para los productores.
Para los próximos días, el informe de la Bolsa de Comercio de Rosario prevé lluvias aisladas e intermitentes hasta el sábado, con mejoramientos temporarios. Sin embargo, el domingo se espera que las precipitaciones se generalicen en toda la región núcleo, un dato clave para completar las labores pendientes y encarar los próximos desafíos.