La industria minera representa uno de los sectores con mayor perspectiva de crecimiento en términos de producción y generación de divisas para Argentina hacia 2030. Si las expectativas favorables se confirman, las oportunidades podrían extenderse más allá de las regiones donde se realizan los proyectos e impactar en provincias como las que integran la Región Centro. Así lo expresaron desde la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM), en una presentación realizada en el Recinto de Operaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, en el marco del ciclo de conferencias que organiza la entidad rosarina en bajo el nombre de Mirada Experta.
“El objetivo de la exposición fue explicar el estado de situación actual de la industria minera nacional, junto con la proyección para los próximos años y las oportunidades que se presentan”, señaló Alejandra Cardona, directora Ejecutiva de CAEM, principal representante del sector en Argentina, que nuclea a más de 170 empresas. “Seguramente las provincias de la región centro puedan contribuir al desarrollo minero como lo han hecho con el agro y la industria metalmecánica”, aseguró.
La producción minera nacional está encabezada por el oro, siendo Argentina el 4° país en reservas de Latinoamérica. Le siguen la plata -10° productor global-; el cobre, con 5 proyectos de clase mundial en estado avanzado; el litio, con la segunda reserva más grande del planeta y metales como el zinc, el plomo y las rocas y minerales industriales.
“Las exportaciones mineras comenzaron a tomar impulso a mediados de los 90’, con la sanción de la Ley de Inversiones Mineras, que brindó el marco referencial para que Argentina convierta en un escenario atractivo para las inversiones”, indicó Cardona. El crecimiento fue sostenido hasta 2013, cuando las exportaciones rondaron los USD 5.000 millones. Tras tocar el punto más bajo de la última década en 2020, el año pasado el sector alcanzó los USD 4.023 millones en exportaciones.
Según explicaron desde CAEM, la industria minera solo importa un 1,5% del total que exporta, por lo que es una generadora de divisas genuinas para el país. “Con la entrada de nuevos emprendimientos en producción, sobre todo litio y cobre, tenemos un escenario moderado que nos arroja exportaciones por casi USD 12.000 millones para el 2032. Aunque hay proyecciones oficiales que elevan esa cifra a USD 16.500”, detalló Nadav Rajzman, responsable de Economía y Desarrollo de Proveedores de la entidad, otro de los oradores de la jornada.
Posibilidades para Santa Fe
“Las principales oportunidades que tiene hoy el sector tiene que ver con la inmensa variedad de proveedores que la industria minera demanda. Necesita no solo de geólogos o ingenieros; necesita comunicadores, médicos, conductores de vehículos, especialistas de otros sectores productivos, desarrollo de infraestructura”, expresó Cardona. Y continuó: “Muchas veces se promueve que ese desarrollo impacta principalmente en comunidades cercanas a los proyectos, pero entendemos que en los próximos años, si es que todo marcha como esperamos, habrá una escases en las provincias mineras y será necesario buscar esta oferta de productos y servicios en el resto del país”.
En principio, las oportunidades de incorporarse a la cadena productiva para Santa Fe pasan, fundamentalmente, por la industria metalmecánica. “Tiene un gran potencial que puede contribuir al desarrollo minero en su conjunto. En los últimos años hubo falta de repuestos de máquinas o camiones por las trabas con importaciones, por ejemplo, y se ensayaron soluciones locales”, manifestó la ejecutiva.
Ante la posibilidad de un incremento de productos e insumos importados para la cadena, Cardona explicó que muchos emprendimientos pequeños han logrado homologar sus productos a través de las grandes marcas y continúan en la industria. “Tener un proveedor local que pueda asistir en tiempo y en forma tiene gran valor”.
Según revela el informe, a medida que los países intensifican sus ambiciones climáticas, las tecnologías de energía limpia se convertirán en el segmento de demanda de más rápido crecimiento para la mayoría de los minerales. En el caso del cobre, por ejemplo, la demanda se triplicaría para 2040.
Si se toma por caso el litio, la oferta para los próximos años parece estar cubierta con los proyectos que se encuentran en curso, pero hacia 2030 se vislumbra un déficit creciente, que será necesario cubrir con mayor producción.
El Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) de la Ley Bases, que impulsa el Gobierno de Javier Milei, fue otro de los puntos abordados durante el encuentro. “Es una herramienta que viene a complementar la Ley de Inversiones Mineras”, analizó Cardona. “Abre una ventana que facilita el ingreso de grandes capitales que pueden dar impulso a proyectos de litio y cobre, principalmente. Habrá que ver en el tiempo que es lo que ocurre, estamos todavía en compás de espera de su aprobación definitiva y reglamentación”, puntualizó.