En un reciente informe de Rosgan, el mercado ganadero de la Bolsa de Comercio de Rosario, se indica que tras una fuerte salida de invernada durante el primer semestre del año, la oferta de ganado ha comenzado a disminuir, lo que ha llevado a una lenta recomposición de los valores. Aunque la escasez de forraje persiste en muchos lugares, las lluvias y un invierno más suave en cuanto a temperaturas han permitido un mejor desarrollo de los verdeos y la recuperación de potreros naturales.
Conforme se esperaba, los precios de la invernada están empezando a reaccionar, aunque con una mayor lentitud en las categorías de hacienda gorda destinadas a la faena. Desde marzo hasta la fecha, los precios del ganado gordo apenas han ajustado un 2% en términos nominales, lo que representa un retraso de más de 20 puntos en comparación con la inflación acumulada en el último trimestre.
Este retraso en los precios del ganado gordo se debe a la elevada oferta de hacienda terminada en el mercado, que está chocando con un consumo debilitado y altamente abastecido. En los últimos tres meses, la carne vacuna también ha experimentado aumentos que no alcanzan a acompañar la inflación. Según el último relevamiento de precios minoristas realizado por el IPCVA, la carne vacuna aumentó solo un 1,5% en junio, después de aumentos del 1,9% en mayo y del 6,3% en abril. En resumen, en el último trimestre, el precio de la carne vacuna al mostrador ha ajustado menos de la mitad de lo que lo hizo el promedio general de precios, con subas acumuladas del 22% trimestral.
El mercado del ganado gordo tiene una estacionalidad particular, y no se esperan correcciones importantes en los próximos meses. La oferta de hacienda que sale de corrales y campos en la segunda mitad del año suele mantener los valores relativamente contenidos hasta el último trimestre. Históricamente, los meses de agosto, septiembre e incluso octubre son momentos en los que el precio del ganado gordo experimenta los mayores retrasos.
Por otro lado, el caso del ternero de invernada es diferente, ya que la escasez de oferta que se genera a partir del segundo semestre del año aporta mayor firmeza a los valores, alcanzando su punto máximo hacia noviembre y principios de diciembre. Sin embargo, este año la sequía ha exacerbado este comportamiento estacional, provocando caídas reales cercanas al 40% en comparación con los valores del año anterior.
A partir de julio, la situación parece comenzar a revertirse. Los valores de referencia del último remate de ROSGAN muestran un aumento del 10,3% en el precio del ternero en comparación con el mes anterior, luego de cuatro meses con valores estancados en términos nominales. Esta inversión de la tendencia está revirtiendo la relación ternero/gordo, que hasta entonces se encontraba en mínimos históricos.
Este cambio de tendencia tiene implicaciones para el margen del feedlot, que ha experimentado un importante deterioro. Según la Cámara Argentina de Feedlots (CAF), el margen bruto de los corrales prácticamente se ha empatado en el último mes, con solo $280 por animal engordado, en comparación con los más de $18,000 por cabeza que ofrecía hace un mes en pesos corrientes. En adelante, el feedlot se enfrentará al doble efecto de precios más firmes en el ternero y una relación de compra de grano relativamente más cara debido a la valuación en dólares frente a un producto más vinculado a la evolución de la moneda local.
Además, las expectativas de cambio de ciclo y la respuesta de los campos serán factores clave en las decisiones de inversión en el sector ganadero. La necesidad de retener terneros como “resguardo de valor” y las perspectivas de una menor oferta futura también pueden contribuir a una recomposición más significativa en los precios del ternero.